Lactancia materna: mitos y verdades que toda madre debe conocer

La lactancia materna es una de las etapas más importantes en la vida de un recién nacido y su madre. Aunque es un proceso natural, está rodeado de muchos mitos que pueden generar dudas e inseguridad en las madres primerizas. Algunas mujeres enfrentan dificultades en los primeros días y llegan a pensar que no pueden amamantar, cuando en realidad solo necesitan información y apoyo adecuados.

En este artículo, abordaremos los principales mitos y verdades sobre la lactancia materna para ayudar a las madres a sentirse más seguras y preparadas en este hermoso proceso.

1. La lactancia materna es instintiva, pero también es un aprendizaje

Muchas personas creen que amamantar es algo completamente natural e instintivo tanto para la madre como para el bebé. Si bien es cierto que el bebé nace con el reflejo de succión, esto no significa que la lactancia siempre se dé de manera automática y sin dificultades.

En los primeros días, la madre y el bebé deben aprender juntos la mejor forma de posicionarse, cómo lograr un buen agarre y cómo estimular la producción de leche. Es normal que haya momentos de frustración y que algunas madres experimenten molestias en los pezones al principio.

Para facilitar el proceso, es recomendable:

  • Buscar información y apoyo antes del parto
  • Pedir ayuda a especialistas en lactancia en caso de dificultades
  • Probar diferentes posiciones para encontrar la más cómoda
  • Asegurar un buen agarre del bebé para evitar dolor en los pezones

Con paciencia y práctica, la lactancia se vuelve más fácil y placentera con el tiempo.

2. Todas las mujeres producen suficiente leche

Uno de los mitos más extendidos es que algunas mujeres no producen suficiente leche para alimentar a su bebé. En realidad, la mayoría de las madres pueden producir la cantidad adecuada de leche si el bebé se alimenta con frecuencia y el pecho se vacía correctamente.

La producción de leche funciona con el principio de oferta y demanda: cuanto más succione el bebé, más leche producirá el cuerpo de la madre. En los primeros días, es normal que la madre solo produzca calostro, una sustancia rica en nutrientes y anticuerpos que es fundamental para el recién nacido. La leche madura suele aparecer entre el segundo y el quinto día después del parto.

Si una madre siente que su producción de leche es baja, algunas estrategias que pueden ayudar incluyen:

  • Amamantar con frecuencia y a demanda
  • Asegurar que el bebé tenga un buen agarre para extraer la leche de manera eficiente
  • Evitar el uso de biberones o chupetes en los primeros días, ya que pueden interferir con la succión
  • Mantener una alimentación equilibrada e hidratarse adecuadamente

En algunos casos raros, pueden existir problemas médicos que afecten la producción de leche, como desbalances hormonales o cirugías previas en los senos. Si hay dudas, siempre es recomendable consultar con un especialista en lactancia.

3. La lactancia no debe doler

Otro mito común es que el dolor en los pezones es normal en la lactancia. Si bien es cierto que muchas madres pueden sentir molestias en los primeros días, la lactancia no debería ser dolorosa.

El dolor en los pezones generalmente se debe a un mal agarre del bebé. Para evitarlo, es importante asegurarse de que el bebé tome no solo el pezón, sino también gran parte de la areola en su boca.

Algunas señales de un buen agarre incluyen:

  • El bebé tiene la boca bien abierta y el labio inferior hacia afuera
  • Se puede ver más areola por encima del labio superior del bebé que por debajo
  • La madre no siente dolor ni presión excesiva en los pezones

Si hay dolor persistente, grietas o heridas en los pezones, lo mejor es buscar asesoría en lactancia para corregir la postura y evitar problemas más graves.

4. Se puede amamantar con pezones planos o invertidos

Algunas mujeres creen que no pueden amamantar porque tienen pezones planos o invertidos. Sin embargo, el bebé no se agarra solo del pezón, sino de toda la areola, por lo que este tipo de pezones no son un impedimento para la lactancia.

En la mayoría de los casos, el bebé aprende a succionar correctamente con el tiempo. Sin embargo, si hay dificultades, se pueden probar algunas técnicas para ayudar, como el uso de formadores de pezón o la estimulación manual antes de cada toma.

5. La lactancia materna exclusiva es suficiente hasta los seis meses

Algunas personas creen que los bebés necesitan agua, té o jugos antes de los seis meses, pero esto es un mito. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ya que la leche materna contiene todos los nutrientes y la hidratación que el bebé necesita.

Incluir otros líquidos o alimentos antes de los seis meses puede aumentar el riesgo de infecciones, reducir la producción de leche y afectar la digestión del bebé.

Después de los seis meses, se inicia la alimentación complementaria, pero la leche materna sigue siendo una parte importante de la dieta del niño hasta al menos los dos años o más, según la recomendación de la OMS.

6. No es necesario seguir una dieta especial para amamantar

Existe la creencia de que las madres lactantes deben seguir una dieta estricta, evitando ciertos alimentos porque podrían causar cólicos en el bebé. En realidad, no hay una lista universal de alimentos prohibidos. Cada bebé es diferente y puede reaccionar de manera distinta a ciertos alimentos.

Lo más recomendable es que la madre mantenga una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas y carbohidratos saludables. Si nota que su bebé parece incómodo después de que ella consume un alimento específico, puede probar eliminarlo temporalmente para ver si hay una mejora.

Beber suficiente agua es fundamental para mantener una buena producción de leche. Sin embargo, no es necesario tomar grandes cantidades de líquidos con la creencia de que aumentará la producción de leche, ya que el cuerpo regula esto de manera natural.

7. Se puede seguir amamantando aunque la madre esté enferma

Muchas madres creen que deben suspender la lactancia si tienen gripe, fiebre o algún resfriado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no es necesario dejar de amamantar. De hecho, la leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger al bebé de enfermedades.

Si la madre se siente bien para seguir amamantando, puede hacerlo usando una mascarilla y lavándose las manos con frecuencia para reducir el riesgo de contagio.

Solo en casos de enfermedades graves o en el uso de medicamentos incompatibles con la lactancia, es recomendable consultar con un médico para evaluar opciones seguras.

Conclusión: Con información y apoyo, la lactancia puede ser una experiencia maravillosa

La lactancia materna es un proceso que puede traer muchos beneficios para la madre y el bebé, pero también es un aprendizaje. Es normal enfrentar desafíos en los primeros días, pero con información, paciencia y apoyo, la mayoría de las dificultades pueden resolverse.

Derribar los mitos y entender las verdades sobre la lactancia materna ayuda a que las madres se sientan más seguras y disfruten de este vínculo especial con su bebé.